A los independientes
Escribo una tesis donde muestro cómo la poesía, en particular la escrita para entender los procesos urbanos, en su mayoría representada/vivida en las ciudades, corporiza estrategias de subversión contra los sistemas de poder, entre otras cosas.
Durante 2020, año que empecé y termino en Cuba, ese lugar del que no me fui durante estos últimos diez meses, aunque no estaba, viajé subvirtiendo el espacio físico, me reuní con conocidos y desconocidos, abracé, lloré, firmé algunas declaraciones, dije de mi miedo a firmar otras, desarmé ropas, recetas, la lengua que usaba para comunicarme, bifurqué el tiempo, viví horas diferentes durante un mismo segundo. Subvertí el miedo, el tiempo, el dolor, los abrazos.
Un año no se acaba el último día del año. Creía que un año acaba cada noche, de la misma manera que un año comienza cada vez que despertamos. Pero hoy sentí que es injusta esa manera de entender y esperar fines y principios. Cada segundo hace un año de algo, cada segundo comienza un año de algo por venir. Yo le tenía mucho miedo a estas fechas, antes. A la reunión triste alrededor de la mesa, a la celebración vacía, dolorosa. Luego tuve una hija, un amor, otra hija. A veces estamos juntos y a veces no. Y se rompió ese agujero alrededor de la mesa. Un par de años, incluso, no tuve mesas, o qué poner sobre ellas. Pero ya éramos cuatro, y las redes tejidas desde y hacia ese amor.
En la tesis también escribo que la poesía, que es amor, puede crear otros lugares, no en el campo de la ficción, sino en la realidad. Entender el espacio como subvertible me ha permitido ver esos lugares: lenguajes, cuerpxs, diversasreuniones de los diversosafectos y sentires, lo múltiple de ese lugar que es adentroafuera, y libertad.